Se nos viene fin de año y la licencia de la constru. El embalaje que traíamos va a tener un freno obligado. Pero estaba previsto, sabíamos que iba a pasar.
El planteo vino de los contratados: ustedes ponen la comida y nosotros la bebida. Se aceptó por unanimidad (estas cosas ni se discuten). Y salió cordero otra vez, con vacío, chorizos, morcillas, etc. Pero lo importante que nos deja esta despedida de año es que vamos bien, que la relación entre los cooperativistas se ha aceitado (después de pasar momentos complicados como consecuencia de los miles de inconvenientes que debimos sortear), y la de los cooperativistas con los contratados y entre éstos, es muy buena. Creo que lo sustancial es eso. Si algo faltaba para afianzar todos estos vínculos era una comida como la que disfrutamos el sábado. Este tipo de reuniones da para hablar muchas cosas y para exteriorizar sentimientos que durante las horas de obra no es posible.
¡Salúd compañeros! y gracias a los contratados por el profesionalismo con que llevan adelante su trabajo, y por la muy buena idea de hacer la fiesta todos juntos. Un gesto que dice mucho y que no es por casualidad.